1 may 2011

¿Adónde fuiste?


¿Adónde fuiste? Que la vida es una semana, y a ésta aún le faltan días.

Enúncianos que aún estás por llegar. Y que no ha sido la hora, que algo falta.

Cuéntanos que no has evaporado. Que ni siquiera te has acercado.

Háblanos de que todo esto ha sido un espejismo.

Dialóganos que aún no hemos tocado el cielo con nuestras manos.

Háblanos si todo esto ha sido real, verosímil o un simple sueño. No sé. Dinos.

15 abr 2011

No te rías que es peor

¿Para qué verdad? Si ahora lo que está de moda es la seriedad en unos rostros cuasi unánimes cabizbajos. Y me dirán: “¿Cómo quieres que estemos si ni siquiera nos queda ya para comer?”. La resignación no vale como ejemplo ante tanto pesimismo repartido y tan poca alegría contenida. Si prefieren seguir sentados hasta que aparezca un Dios que aparte el mal para dar paso nuevamente al bien, seguid esperando.

Mientras tanto, sepan que hay en todo este montante una filosofía que tiene por bandera la risa. Porque, afortunadamente, hay gente que de todo esto, y no se sientan ofendidos, se ríen. A fin de cuentas, la vida no es más que un teatro cómico cuyo desenlace ya conocemos. Así que no es cuestión de hacer de este compás de espera un drama. Ríanse. Carcajeen. Que solo se vive una vez. Solo así el mundo será visto desde otros ojos. Los que hemos asistido este miércoles a la Casa de la Cultura, así lo hemos comprobado. Excepcional cartel con genios y figura de los monólogos. Déjame al menos que te invite a los sucesivos. Lo peor entonces no será que no te rías, si no que no dejes de carcajear.

10 abr 2011

¡A la gloria!

Es Domingo de Pasión. Desde hoy, “mis impacientes paisanos, para tocar el cielo con las manos, nos falta solamente una semana”.

Sin prisas, sevillano. Tómale el pulso a los latidos de una ciudad “que cuenta el tiempo al revés”.

Y disfrútala. Vívela. “A la gloria sevillanos”. Y si puedes, detén el reloj del tiempo, que “la vida es una semana”.

Que no importe si sigues esperando, porque a tu modo, “en ese hueco de esperarla, todo me sabe a la alegría del reencuentro”.

Que ya sabes dónde empieza la vida, pero “no donde acaba”.

Y cuando parece que ya es la hora, “no es la hora”. Cuando parece que está todo, “algo falta”. Cuando pareces que la alcanzas, “es más alta”. Cuando parece que se acerca, “se evapora”.

Mientras tanto, mi amor, “soy lo que queda de un abrazo; el vaivén de tibias, manos en la cuna. Ese gozo que cabe en tu regazo cuando un niño está rezándole a la luna”.

Verbalízale a tu Sevilla. Son las vísperas. “Una cuadrilla te es bastante, te sobra, te da aliento. Soy la sombra, tú la luz, eres Sevilla”.

6 abr 2011

Yo, juego

No siempre toda primera vez pasa a ser una vivencia imborrable en nuestras vidas. De hecho, no recuerdo el día en el que me inicié en el mundo del pádel. Sé que fue antes de que la masa le descatalogara el estereotipo elitista con el que nació, pero soy incapaz de ubicar día y año específico en el calendario.

Haciendo ejercicio de memoria, creo recordar que fue una mañana cualquiera de primavera cuando unos amigos y yo, por entonces todos estudiantes, nos dispusimos a jugar un partido en la vecina localidad de Mairena del Alcor. En El Viso aún no existían pistas, pero mis acompañantes ya se habían quedado sin dedos en sus manos para contabilizar los encuentros disputados.




Como era de prever, acabé pagando la novatada. Jugué con una pala prestada al no disponer de ninguna en propiedad y pisé la pista con los mínimos conocimientos reglamentarios aprehendidos. En definitiva, no acabé encontrándome. No obstante, esa primera toma de contacto me sedujo. Tal facilidad y divertimento hizo que paulatinamente el pádel absorbiera parte de mi vida deportiva

Luego la cosa se ha ido profesionalizando. Esta reciente modalidad deportiva ha calado en un sector cuantioso de la población visueña. A este crecimiento desenfrenado en números hay que añadirle una considerable mejoría cualitativa. Es para congratularse.

Yo, también juego al pádel. No juego por novelería. Tampoco porque sea un licencioso. Y ni mucho menos por la incipiente leyenda urbana de que no se necesita correr mucho para jugar, que no es así. Juego al pádel porque me gusta. Como también me atrae el fútbol, el tenis y el atletismo. Así de sencillo.

2 abr 2011

No era una tarde cualquiera

Era una tarde primaveral de primero de abril. Sobre un sol radiante, Sevilla se desnudaba ante una muchedumbre ansiosa de respirar su aroma y de contemplar su colorido. Es cuaresma, tiempo de víspera, y Sevilla derrocha hermosura por cada rincón y plaza. Disfrutémosla, pues, Sintámosla. Saborear y respirar su excelso casco histórico resulta muy placentero para los sentidos. Y de entre sus rincones, allí, en una esquina, que no es cualquier esquina, se detuvo el tiempo.

Arte y mucho más en El Postura. Entre los artistas inivitados, un grupo variopinto de hombres y mujeres, todos ellos periodistas. Durante la escena, el mini disc ha dado paso a las risas. El estrés y la tensión, a las bromas. Las ruedas de prensa a los chistes. Y la locución sincronizada a los cantes entre balbuceos. Haciendo radio desde la convivencia.

Pero despué
s, muchas horas después, cuando los reflejos de la amiga Luna toman el protagonismo de la ciudad, la nostalgia y la tristeza envuelven una estampa ya para el recuerdo. El grupo se dispersa. Marzo se despide y atrás quedan las prácticas en la Cadena Cope. Ahora toca regresar, cada uno por su senda.

Y ya de regreso, por mi viario, cuando ya todo ha terminado, la soledad invade al peatón. La Sevilla primaveral expulsa sus últimos latidos de la jornada. En el paseo del adiós, observo y recuerdo. Las huellas de cada pisada me hacen despertar en mi interior lo inolvidable de una experiencia deportiva en la radio de los Obispos con los Ocaña, Oliva, Fernández y compañía.


La de hoy no ha sido una tarde cualquiera. Ni ha sido la última. Ha sido nuestra tarde, Sevilla.

26 mar 2011

El mundo en mis manos


Si le apetece y lo desea, entre. Pase. No se quede en la puerta. No va a necesitar permiso para compartir esta ventana. Sobre ella habita un don nadie al que le gusta observar cuanto sucede a su alrededor.

Espero sepa perdonar si en ella aún predomina cierta inmundicia. Han sido varios los años que ha permanecido cerrada por cuestiones y motivos heterogéneos.
Esta reapertura es ahora como podría haber sido antes. O después. Pero, ¡qué más da! Es en estos momentos cuando de nuevo vuelvo a entablar el diálogo sosegado, ameno y pausado. También crítico. Es ahora cuando sobre mis manos se eleva este mundo que poco, o nada, se diferencia del otrora.

Tras mi espalda, la experiencia acumulada. Ante mis ojos, un horizonte lleno de incertidumbre y miedo. Sobre estas líneas, la fuerza y energía necesaria renovadas. No es un regreso. Tampoco una reapertura. Menos aún una resurrección. Se trata solamente de un nuevo cuaderno que empiezo a escribir desde cero. Si lo desea, escribámoslo juntos.

Sean bienvenidos a vuestra casa, a vuestro mundo, que también es el mío. Cojámoslo con nuestras manos. Él lo agradecerá. Gracias.